BUD SEX:
HOMBRES QUE TIENEN SEXO CON HOMBRES Y NO SON GAIS
(O ESO DICEN)
“Lo que querían era verse la polla los unos a los
otros. Porque están tan reprimidos que no pueden reconocer en alto su parte
homosexual. Porque no pueden reconocer que les encanta ver a otro hombre
excitado, teniendo sexo, teniendo un orgasmo”.
“Los budsexers son
tan homófobos porque todo lo que les suene a homosexual les
da pánico. Por eso se inventan ese extraño juego de “tengo
sexo con hombres, pero en realidad no es sexo“.
Son machistas porque desprecian lo que
entienden como femenino: a los homosexuales que no se avergüenzan de serlo y a
las mujeres”.
¿PERO SON TODOS LOS BUDSEXERS HOMOSEXUALES
REPRIMIDOS?
Sería un error etiquetarlo únicamente así. Habrá de todo, aunque quienes lo practican huyen de esta definición. Es curioso ver como a pesar de mantener sexo con otros hombres rechazan fuertemente los comportamientos gais.
Sería un error etiquetarlo únicamente así. Habrá de todo, aunque quienes lo practican huyen de esta definición. Es curioso ver como a pesar de mantener sexo con otros hombres rechazan fuertemente los comportamientos gais.
Judith Butler publicó
acerca del Bud Sex que “las relaciones sexuales son actos
tremendamente complejos en los que, a menudo, se manifiestan sensaciones como
la atracción o la repulsión, llegándose a veces a dar el caso de que el
asco, el deseo y el miedo se entremezclan en un mismo encuentro
carnal, pudiendo ser este el caso de muchos budsexers“.
EL PERFIL DE LOS BUDSEXERS
El célebre sexólogo americano Joe Kort clasificó
los practicantes de Bud Sex o Sexo entre Colegas en
los siguientes perfiles: víctimas de abuso sexual en la infancia,
trabajadores sexuales, hombres que desean experimentar su sexualidad,
primerizos, pérdida o abandono de la figura paterna, hombres atraídos
sexualmente por hombres, pero emocional y románticamente por mujeres,
narcicistas, adictos sexuales, complacientes fantasiosos, exhibicionistas u
hombres con necesidades sexuales como en la cárcel.
Un estudio de la Universidad de Oregón también
analizó este tipo de relaciones y encontró patrones comunes de comportamiento. Quienes
lo practican ven el Bud Sex como un juego esporádico,
un entretenimiento, una diversión o un pasatiempo. Evitan los besos y
cualquier demostración de afecto o posible connotación emocional. Son
desahogos ocasionales que no suelen
practicarse con regularidad pautada, se satisface el deseo cuando existe
la oportunidad. Muchas de estas prácticas se realizan bajo los
efectos del alcohol o drogas.
La célebre escena de Torrente “Nos
hacemos unas pajillas. Sin mariconadas, ¿eh?” es el claro ejemplo de
la homofobia que se oculta tras el Bud Sex…