“El mundo de nosotras las trans es un mundo más complejo, pero queremos vivirlo a plenitud aunque no nos entiendan, y queremos seguir adelante y lo vamos a hacer.
Al nacer, se dice que un individuo se desarrollará, según sus características biológicas, o bien como hombre, mujer, con una identidad de género femenina. No obstante, se menciona que más del 5% de la totalidad de hombres y mujeres se desarrollarán como homosexuales y buscarán parejas del mismo sexo y/o género.
Así mismo, ellos tendrán una identidad de género como hombres o mujeres respectivamente, como la mayoría de heterosexuales.
Sin embargo, muy oculto y raramente mencionado, está el hecho de que algunos chicos y chicas, a pesar de sus órganos genitales y de haber sido educados según un género especifico, poseen sentimientos genéricos, sensaciones corporales e identidad genérica del sexo opuesto. Así, se calcula que aproximadamente el 1% o 2% de la población que ha estado siempre dentro de, o alrededor de la comunidad gay, experimentan el “efecto transgénero”.
En Ecuador, se conoce muy poco sobre la población “Trans”, y lo que se conoce, llega muchas veces a través de la crónica roja.
Este desconocimiento e ignorancia ha producido una realidad de discriminación y estigma; la sociedad ha hostilizado y marginado a la comunidad “trans”, queriendo dejarla sin voz y menguando su participación. Sin embargo, sus miembros han demostrado su tenacidad por ser activos sujetos de derechos.
La población transgénero forma parte de la población más expuesta a situaciones de riesgo de VIH u otras infecciones de transmisión Sexual (ITS). Además, muchas veces se encuentran de cara con la muerte al intentar agredir su cuerpo con hormonas, inyecciones de aceites u otro material tóxico que les permita ser lo que realmente son.
En este complejo tejido social se habla de las personas transgénero masculino o femenino: mujeres transgénero que nacieron en cuerpos equivocados.
Para una “trans”, es común realizar modificaciones a su cuerpo con el objetivo de lograr una figura femenina. Muchas recurren a métodos artificiales y peligroso (como el uso de aceites, siliconas y otros compuestos líquidos inyectables en su cuerpo así como hormonas femeninas) que den a su cuerpo una silueta acorde con la de la mujer.
Estos procedimientos son realizados por auto prescripción sin pasar en la mayoría de los casos por un diagnóstico clínico respecto de su metabolismo o de los efectos secundarios, lo que en muchas ocasiones les provoca, si no la muerte, alguna discapacidad. Estas prácticas son muy comunes, exceptuando a aquellos individuos que por mantenerse en “el closet” como trangénero, recuren al uso de esponjas y otros accesorios para su transformación temporal.
No existe información sobre servicios específicos para el abordaje y atención en temas de implantes y homornización para personas transgénero, tampoco existe acceso a servicios de atención en saludo general. Por otra parte, existe un escaso acceso a condones y no existe información sobre el uso de lubricantes a pase de agua ni distribución adecuada. El abuso de alcohol está presente y una permanente agresión social e inseguridad, así como una baja percepción y valoración de riesgo de infección del VIH.
Reconociendo la diversidad de identidades sexuales de los individuos en las sociedades, es fundamental reconocer que el cuidado y prevención de la salud en las personas transgénero debe ser abordado a partir de una adecuada comprensión de estas mismas identidades sexuales, en especial de la identidad sexual transgénero. No es un favor, ni un regalo, es un derecho.
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