jueves, 14 de diciembre de 2017

BUD SEX - HSH PERO DICEN QUE NO SON GAIS

BUD SEX: 

HOMBRES QUE TIENEN SEXO CON HOMBRES Y NO SON GAIS 
(O ESO DICEN)




Lo que querían era verse la polla los unos a los otros. Porque están tan reprimidos que no pueden reconocer en alto su parte homosexual. Porque no pueden reconocer que les encanta ver a otro hombre excitado, teniendo sexo, teniendo un orgasmo”.

 “Los budsexers son tan homófobos porque todo lo que les suene a homosexual les da pánico. Por eso se inventan ese extraño juego de “tengo sexo con hombres, pero en realidad no es sexo“.
Son machistas porque desprecian lo que entienden como femenino: a los homosexuales que no se avergüenzan de serlo y a las mujeres”.

¿PERO SON TODOS LOS BUDSEXERS HOMOSEXUALES REPRIMIDOS?

Sería un error etiquetarlo únicamente así. Habrá de todo, aunque quienes lo practican huyen de esta definición. Es curioso ver como a pesar de mantener sexo con otros hombres rechazan fuertemente los comportamientos gais.

Judith Butler publicó acerca del Bud Sex que “las relaciones sexuales son actos tremendamente complejos en los que, a menudo, se manifiestan sensaciones como la atracción o la repulsión, llegándose a veces a dar el caso de que el asco, el deseo y el miedo se entremezclan en un mismo encuentro carnal, pudiendo ser este el caso de muchos budsexers.

EL PERFIL DE LOS BUDSEXERS

El célebre sexólogo americano Joe Kort clasificó los practicantes de Bud Sex o Sexo entre Colegas en los siguientes perfiles: víctimas de abuso sexual en la infancia, trabajadores sexuales, hombres que desean experimentar su sexualidad, primerizos, pérdida o abandono de la figura paterna, hombres atraídos sexualmente por hombres, pero emocional y románticamente por mujeres, narcicistas, adictos sexuales, complacientes fantasiosos, exhibicionistas u hombres con necesidades sexuales como en la cárcel.

Un estudio de la Universidad de Oregón también analizó este tipo de relaciones y encontró patrones comunes de comportamiento. Quienes lo practican ven el Bud Sex como un juego esporádico, un entretenimiento, una diversión o un pasatiempo. Evitan los besos y cualquier demostración de afecto o posible connotación emocional. Son desahogos ocasionales  que no suelen practicarse con regularidad pautada, se satisface el deseo cuando existe la oportunidad. Muchas de estas prácticas se realizan bajo los efectos del alcohol o drogas.

La célebre escena de Torrente “Nos hacemos unas pajillas. Sin mariconadas, ¿eh?” es el claro ejemplo de la homofobia que se oculta tras el Bud Sex




lunes, 9 de octubre de 2017

VARIAS IDENTIDADES DE GÉNERO


También conocida como identidad genérica es la forma en cómo se identifica la persona, si como hombre o como mujer, la forma en que se reconoce a sí misma, basando su conducta y su forma de ser y pensar a ese género con el que se siente identificada, todo esto va indistintamente de su sexo, orientación sexual, edad, nivel socio-económico, etc. Es la conciencia de la persona de sentir pertenencia al sexo masculino o femenino. Una persona puede sentir una identidad de género distinta de sus características fisiológicas innatas.

Es importante destacar el hecho de que la identidad de género es diferente de la expresión de género. Una persona, sea cis o trans, puede tener una expresión neutra, masculina, femenina o mezclada (lo que también se conoce como “genderfuck” o “jodegéneros”) ya sea en su forma de vestir o en su carácter, y esto no tiene ninguna relación con su identidad ni la invalida en ningún caso. Existen mujeres cis masculinas, hombres cis femeninos, y asimismo existen, por ejemplo, neutres de expresión masculina, andrógines femenines, personas fluidas que raramente cambian su aspecto externo, y nada de esto contradice ni invalida su identidad.

Por ello es importante no asumir nunca que sabemos el género de una persona a menos que esta nos lo diga, y siempre respetar la elección de pronombres (ella/elle/él) con que quiere que le nombremos.
La identidad de género es la sexualidad con el cual una persona se identifica psicológicamente o con el cual se define a sí mismo. La identificación de género como un derecho promueve la diversidad sexual y un desarrollo sexual saludable.

Identidad deriva del latín identitas que se refiere a lo igual a sí mismo y género indica una clase, por lo tanto, la identidad de género puede definirse como "la clasificación personal sobre la propia sexualidad".

IDENTIDADES DE GÉNERO:

• CISGÉNERO: Persona que se identifica con el mismo género que le asignaron al nacer.

• CISSEXUAL: Usado como sinónimo de cisgénero, se usa en ámbitos médicos preferentemente.

• TRANSGÉNERO: Persona que se identifica con otro género distinto del que le asignaron al nacer. En muchos casos una persona transgénero siente malestar (denominado disforia de género) hacia las características sexuadas de su cuerpo (disforia física) o debido a que le perciben como un género distinto al suyo (disforia social). Las personas transgénero pueden ser mujeres, hombres o no binarias (queergénero o cuirgénero).

• TRANSEXUAL: Término médico para las personas que desean modificar su cuerpo para conseguir una imagen con la que se sientan más cómodas (o aliviar un malestar, la disforia).

• CUIRGÉNERO/QUEERGÉNERO: Sólo para trans AHAN. Persona transgénero que se identifica con una identidad que no pertenece al binario hombre/mujer. Dentro de esta definición existen numerosísimas identidades de género. Se trata, por tanto, de un término “paraguas”.

• TERCER GÉNERO: Identidad distinta a hombre o mujer. Este término pertenece a culturas no occidentales ni blancas, y no debe usarse en Occidente puesto que es un concepto distinto de nuestras categorías de género y el acto de apropiárselo constituye una forma de racismo. Existen numerosas formas de tercer género en culturas indígenas a lo largo de todo el mundo.

• AGÉNERO: Persona que no se identifica con ninguna identidad de género, y que, por tanto, se considera fuera de la clasificación de género en su totalidad.

• GÉNERO NEUTRO (NEUTRE): Persona cuya identidad es neutra, es decir, considera que tiene un género y que su género está fuera del binario pero tampoco se identifica con identidades que muestran afinidad a roles femeninos o masculinos.

• INTERGÉNERO: Persona intersexual cuya identidad se sitúa en un punto medio entre dos géneros, usualmente los binarios. Esta identidad pertenece únicamente a personas intersexuales, no debe utilizarse por parte del resto.

• ANDRÓGINO/E: Persona cuya identidad es una mezcla en distintos grados entre mujer y hombre. También se puede usar como sinónimo ginoandros.

• BIGÉNERO: Persona que se identifica con dos géneros a la vez o de manera alternada.

• GÉNERO FLUIDO: Persona cuya identidad de género fluye a lo largo del espectro de género, entre dos o más géneros. Una persona fluida puede sentir cambios en su identidad que siguen ciclos más o menos largos, de años, meses, semanas o dentro del mismo día.

•POLIGÉNERO/MULTIGÉNERO: Persona con más de dos identidades de género.

• PANGÉNERO: Persona cuya identidad es inclusiva, perteneciente a todos los géneros. Este término se considera racista (para todas las personas, no solo las blancas) ya que no puedes apropiarte de géneros de culturas a las que no perteneces.

• SEMIMUJER/SEMIHOMBRE: Persona que se identifica de forma parcial con uno de los géneros binarios. Por ejemplo, un semihombre siente identificación hacia partes de la identidad “hombre”, pero no siente una identificación al 100%.




El tema de la identidad de género desarma la visión del binomio del sexo, o sea, que género se restrinja solo a lo femenino y a lo masculino, para así aceptar otros tipos de identidad sexual como, por ejemplo, las diversidades  sexuales que representa el movimiento LGBT, siglas para lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros.

La identidad de género es considerado un Derecho Humano fundamental siendo que defiende la libertad sin distinción de nuestras diferencias como, por ejemplo, el derecho a la no discriminación ni a la violencia por la orientación o identidad sexual de un individuo.

La identidad de género se diferencia del sexo, puesto que, la identidad implica factores culturales y sociales mientras que el sexo se refiere específicamente a la división biológica hombre-mujer.





domingo, 8 de octubre de 2017

¿QUÉ SON LOS MANDATOS DE GÉNERO Y COMO INFLUYEN EN LAS MUJERES


La antropóloga Marcela Lagarde enuncia que “El género está presente en el mundo, en las sociedades, en los sujetos sociales, en sus relaciones, en la política y en la cultura. El género es la categoría correspondiente al orden sociocultural configurado sobre la base de la sexualidad: la sexualidad a su vez definida y significada históricamente por el orden genérico.”
Por tanto, el género es una construcción social que asigna de manera diferencial a hombres y mujeres una serie de roles y determina cómo deben ser las relaciones entre ellos, nos enseña cómo ser y cómo comportarnos para cumplir con las expectativas impuestas durante el proceso de socialización.
Todo ello se concreta en una serie de mandatos que interiorizamos y hacemos nuestros, nos impiden transgredir los modelos hegemónicos de masculinidad y feminidad, se traducen en pensamientos, emociones y conductas que alimentan el orden social. Si incumplimos estos mandatos nos enfrentamos a la crítica social, la culpa y la vergüenza.

¿CÓMO NOS AFECTAN ESTOS MANDATOS A LAS MUJERES?

Dificultan la construcción de una verdadera autonomía personal. Es frecuente escuchar a mujeres de edad avanzada que se sienten tremendamente solas, ver cómo reprochan a sus hijas/os o nietos/as que no las atienden como necesitarían. Estas mujeres se han entregado por completo a su familia, a su “deber” de madre y esposa, no han construido un proyecto de vida propio, una identidad diferenciada de sus roles, y, cuando estas tareas de cuidado ya no son necesarias, muchas mujeres se encuentran perdidas y confundidas llegando a preguntarse ¿quién soy yo y qué he hecho con mi vida?
Afectan negativamente a la autoestima. Si desde pequeñas nos dicen que las mujeres tenemos que ser guapas para conseguir éxito en la vida, y, a la vez, nos bombardean con intensas campañas publicitarias que muestran un ideal de belleza inalcanzable, no es de extrañar que nos comparemos, nos sintamos viejas, gordas y feas y pensemos que no tenemos valor como personas porque no nos enseñan a valorarnos de una forma objetiva y realista. Como dice Beatriz Gimeno “Una mujer que no se gusta a sí misma no puede ser libre, y el sistema se ha preocupado de que las mujeres no lleguen a gustarse nunca”.

Fomentan la construcción de relaciones desequilibradas. Aún hoy, en una época en la que se ha avanzado tanto en materia de igualdad, las cualidades más valoradas en las mujeres son la belleza y la abnegación, mientras que en los hombres son la fuerza y la capacidad de liderazgo. Partiendo de esa base, hombres y mujeres potenciamos distintas capacidades que sitúan a las mujeres en una posición de subordinación en la pareja y que está en la base de las relaciones de violencia de género.
Generan la aparición de emociones negativas que nos causan malestar. El miedo, la vergüenza, la culpa, son emociones centrales en la vida de muchas mujeres. Nos enseñan que estamos indefensas y que tenemos que volver acompañadas a casa, teniendo mucho cuidado e intentando pasar desapercibidas para que no nos ocurra nada malo, y esto, da miedo. Aprendemos desde pequeñas cómo tenemos que ser para que nos quieran, nos acepten, que debemos pensar en el bienestar de los demás, que es egoísta satisfacer nuestras propias necesidades….y, cuando no cumplimos, nos sentimos culpables. Las mujeres nos avergonzamos cuando sufrimos violencia sexual, muchas veces lo tapamos, no lo denunciamos, porque nos consideramos responsables de haber provocado esa respuesta.

No potencian una vida sexual satisfactoria y libre. Gran cantidad de mujeres son incapaces de disociar la afectividad de la sexualidad, no se fomenta que tomen la iniciativa y expresen libremente su deseo porque aún sigue estando mal visto, suelen adoptar un rol más pasivo y complaciente en sus relaciones sexuales lo que, en muchas ocasiones, las impide disfrutar libremente de su cuerpo y su sexualidad.



Afectan negativamente a nuestra salud integral. La salud física y mental de las mujeres se ve afectada por condicionantes como la doble jornada, niveles de vida inferiores, mayor desempleo, desigual distribución del trabajo doméstico, rol de cuidadoras que les lleva a encargarse de los demás y descuidar su bienestar etc… Además, muchas veces, las mujeres acuden a consultas de atención primaria expresando este malestar a través de diferentes dolencias físicas, lo que “solucionan” pautando psicofármacos que les impiden centrarse realmente en la causa de ese malestar y por lo tanto eliminarla.

Estos mandatos de género son transmitidos durante el proceso de socialización, a través de la educación recibida, por tanto son aprendidos y pueden y deben ser deconstruidos. Para conseguirlo, tenemos primero que visibilizarlos, darnos cuenta del daño que causan en todas las esferas de la vida de las mujeres y empezar a educar en igualdad.

Por Bárbara Zorrilla Pantoja





jueves, 27 de julio de 2017

ORIENTACIÓN, TENDENCIA O INCLINACIÓN SEXUAL


La orientación sexual, tendencia sexual o inclinación sexual se refiere a un patrón de atracción sexual, erótica, emocional o amorosa a determinado grupo de personas definidas por su sexo.

La orientación sexual y su estudio, pueden ser divididos en cuatro principales partes, siendo la heterosexualidad (atracción hacia personas del sexo opuesto), la homosexualidad (atracción hacia personas del mismo sexo), la bisexualidad (atracción hacia personas de ambos sexos) y la asexualidad (no hay atracción sexual).

El comportamiento sexual humano, la identidad de género y la identidad sexual son términos relacionados con la orientación sexual, ya que psicológicamente conforman la percepción sexual en una persona.

La preferencia sexual sugiere un grado de elección, que determina la vida sexual de una persona al establecer un género como objeto de deseo, por lo que es incorrecto utilizar el término para referirse a la orientación sexual de una persona.

La concordancia o discordancia se refiere a la relación o similaridad entre preferencia sexual y la orientación sexual. Se aplica el término concordancia a una persona cuyas preferencias sexuales coinciden con su orientación sexual (por ejemplo: un varón declarado homosexual que sostiene relaciones sexuales con personas del género masculino), mientras que discordancia se refiere a la diferencia entre la preferencia sexual y la orientación sexual (por ejemplo: una mujer declarada heterosexual que siente atracción sexual a personas del género femenino, que sostiene relaciones sexuales con personas del género masculino y que prefiere ser llamada heterosexual).

viernes, 12 de mayo de 2017

DOS ESPÍRITUS - EL RESPETO A LA DUALIDAD MASCULINA Y FEMENINA EN UN SER


La sexualidad es una invariante histórica, ha existido siempre. En cambio, su interpretación por parte de las diferentes civilizaciones ha ido cambiando a lo largo de la historia, encontrando diversas maneras de vivir el sexo y tratar la sexualidad. Tomando como referencia los inicios de nuestra propia civilización, observamos que Grecia fue una sociedad permisiva; la homosexualidad era completamente normal; personalidades importantes eran homosexuales y no lo ocultaban; Los héroes de la guerra de Troya, Aquiles y Patroclo, eran homosexuales; Platón trata en su filosofía el tema de la homosexualidad e indudablemente, él era homosexual. Los varones libres de la sociedad grecorromana, únicos ciudadanos por ley, ejercían su masculinidad siendo sujetos activos. El objeto de deseo tenia que ser deseable y deseable es lo que es bello. De este modo, sus objetos de placer eran mujeres, muchachos y esclavos, todos sexualmente pasivos para con el hombre. Los griegos eran bisexuales desde nuestro punto de vista, pero no desde el suyo. Ellos no etiquetaban su sexualidad, simplemente la vivían.
Y llegó el Cristianismo y su moralina. Destruyeron, quemaron y en el mejor de los casos, versionearon a su interés toda la cultura grecorromana; lo griego y lo romano se convierte en blasfemia, y se entretienen cambiando nombres, adaptando mitos y leyendas y por supuesto, censurando todo el contenido sexual. Y esta actitud llega hasta nuestros dias, pasando por supuesto por la Colonización Europea de América. Cuando el hombre blanco europeo se encontró con los Nativos Americanos, fue totalmente incapaz de comprender su cultura indígena o respetar su forma de vida. En lugar de valorar y contrastar las diferencias con honestidad trató a los indios como salvajes menospreciando y burlándose de todo lo relativo a ellos. Nadie ignora hoy en día que se les masacró durante siglos hasta acabar convirtiendo a la fuerza a los del sur en cristianos fieles y aislando a los del norte en las famosas reservas. Pero pocos conocen la magnitud de semejante genocidio: de una población de 12 millones en 1500 a apenas 237,000 en 1900. Si el hombre europeo odiaba con pasión a los hombres indígenas, ¿qué sentiría por los que bajo su punto de vista, también eran homosexuales?

Personas Dos Espíritus

En la cultura milenaria Nativo Americana, las personas podían mostrar un interés desde temprana edad por roles a la vez masculinos y femeninos. Los adultos de la tribu notarían esta tendencia en los niños y les apoyarían en el desarrollo de esta personalidad dual hasta la edad adulta, en la que se convertirían en respetados y admirados por la comunidad, que a la vez esperaba que al menos hubiese una persona semejante en cada generación. La naturaleza espiritual de esta cultura ha interpretado estos individuos como ocupados por dos espíritus, implicando que un espíritu masculino y otro femenino conviven en el mismo cuerpo. Antes del término dos-espíritus, los antropólogos solian utilizar el más antiguo “berdache“, pero esta etiqueta era frecuentemente rechazada por inapropiada y ofensiva por los Indígenas. La razón se encontraba obviamente en su etimología peyorativa, al ser un préstamo del francés bardache vía el español bardaxa o bardaje/bardaja vía el italiano bardasso o berdasia vía el árabe bardaj, que significa “chico mantenido; prostituto” del persa bardaj. En la actualidad, ha sido ampliamente sustituido por dos espíritus. Dos espíritus se originó en Winnipeg, Canadá, en 1990, durante la tercera conferencia intertribal anual de amerindios y de las naciones originarias LGBT. Es un calco de la frase ojibwa niizh manidoowag  que significa dos-espíritus. Fue elegida para distanciar a los pueblos amerindios y de las naciones originarias de las palabras “berdache” y “gay”.
En algunas tribus los dos-espíritus con cuerpos masculinos tuvieron papeles activos como el manejo y entierro de los difuntos o enfermeros durante expediciones de guerra; los dos-espíritus con cuerpos femeninos tomaron típicamente papeles como jefas, consejeras, cazadoras o guerreras. En ambos casos a los dos-espíritus se les otorgaba fuertes poderes místicos, actuando como curanderos y chamanes de la comunidad. Las personas heterosexuales o de un genero definido, podrían emparejarse con los dos-espíritus de su mismo sexo sin ser esta una conducta homosexual, puesto que se sentirían atraídos por la parte femenina o la masculina.
Existen numerosos términos indígenas para referirse a estos individuos en los diversos idiomas amerindios, puesto que la diversidad de género amerindia fue una institución fundamental en muchos pueblos tribales. Se han documentado personas dos espíritus, en más de 130 tribus amerindias, en cada región del continente y en cada tipo de cultura nativa. Los Diné Navajos son la nación indígena estadounidense más numerosa. En esta comunidad, como en casi todas, hay cuatro géneros: masculino, femenino, dos-espiritus masculino y dos-espíritus femenino; algunas culturas indígenas reconocen incluso más.

jueves, 11 de mayo de 2017

LA MISOGINIA - EL ODIO O RECHAZO HACIA LA MUJER.


La misoginia es un concepto que sirve para referirse al odio, más o menos disimulado, hacia las mujeres y las niñas.

Hay que tener en cuenta que la misoginia solo es una idea que describe conductas reales de personas reales, y por lo tanto solo existe a través de los actos de ciertas personas.

CARACTERÍSTICAS Y ACTITUDES DE LAS PERSONAS MISÓGINAS
Reconocer a las personas misóginas es necesario para poder relativizar su conducta y para educar en el respeto a todas las personas, independientemente de sus características físicas.
A continuación puedes ver cuáles son las principales características, actitudes y propensiones de los individuos misóginos.

1. COSIFICACIÓN DEL CUERPO DE LA MUJER.

Percibir a las mujeres como objetos es una de las principales características de las personas misóginas. La cosificación hace que, por un lado, se considere a la mujer como un objeto usado para obtener placer y para criar, y por el otro, se le resta valor como ser humano, haciendo que a los ojos de las personas misóginas la mujer solo valga a causa de sus "funciones" y no por su condición humana.

Cabe destacar que cosificar no es reconocer el atractivo físico de una persona, sino reducir toda su identidad a propiedades estéticas o funcionales, tal y como se haría con cualquier herramienta del hogar.

2. PURITANISMO SELECTIVO.

Otra de las características de las personas misóginas es su tendencia a utilizar de manera selectiva una moral parecida a la puritana en lo que respecta a la sexualidad; concretamente, la aplican solo a la hora de juzgar el comportamiento de las mujeres. Es por eso que denigran a la mujer que visten o actúan de un modo que se consideran provocativo, mientras que hacen caso omiso de este fenómeno en el caso de los hombres.

La lógica que hay detrás de este tipo de pensamientos es simple: como el valor de la mujer está relacionado básicamente con lo estético y por su capacidad para dar descendencia, todo lo que pueda interpretarse como una tendencia a "compartir" estas dos cualidades con alguien que no sea la pareja diluye el valor de la que lo hace. El hombre, sin embargo, tiene valor más allá de su aspecto y de su papel reproductor, por lo que no pasa nada si expresa su sexualidad de manera más o menos visible.

3. TENDENCIA A ANIMAR A OTRAS PERSONAS PARA QUE COSIFIQUEN
La misoginia no es algo que se acostumbre a vivir de manera aislada, sino que está ligada a un modo de ver las cosas que se intenta compartir con los demás. Eso hace, por ejemplo, que en las personas misóginas sea habitual animar a otras personas a hacer comentarios despectivos o desagradables sobre desconocidas que pasan cerca.



4. USO DE LA VIOLENCIA MACHISTA
El uso de la violencia machista, sea física, verbal o simbólica, es la manifestación más evidente de misoginia. Este tipo de violencia se dirige hacia las mujeres de manera sistemática por el hecho de serlo, y es uno de los principales motivos por los que el feminismo reivindica la necesidad de garantizar los derechos de las mujeres.

5. CRIMINALIZACIÓN SISTEMÁTICA DE LAS VÍCTIMAS DE VIOLENCIA MACHISTA
Las personas misóginas tienden a buscar la responsabilidad de la violencia machista en las víctimas. Entienden que estos episodios de agresión se deben a que la mujer no va con el suficiente cuidado o provoca a los demás con su manera de vestir, o bien, simplemente, se da por supuesto que las acusaciones de violencia son falsas sin disponer de pruebas consistentes que sugieran esa posibilidad.
De este modo, se consigue un doble objetivo. Por un lado, se oculta la violencia hacia las mujeres, y por el otro, se legitima el poder que se tiene sobre el cuerpo de estas, al defender la idea de que deben adaptarse a unos roles de género muy definidos.

6. MARGINACIÓN DE LA MUJER
No resulta extraño que las personas misóginas tiendan a rechazar la idea de relacionarse con mujeres más allá del ámbito profesional o de las transacciones económicas. En la actualidad incluso hay un movimiento llamado Men Go Their Own Way en el que se reivindica un estilo de vida alejado de las mujeres y del matrimonio tradicional.

7. TENDENCIAS AUTORITARIAS CON MUJERES
Siempre que existe la posibilidad de imponer la propia voluntad a una mujer, las personas misóginas lo hacen. Esto no significa que utilicen la fuerza; simplemente pueden realizar peticiones caprichosas o absurdas por el simple placer de ver cómo esta obedece. De algún modo, se saca provecho de contextos en los que el hombre tiene poder sobre la mujer (como por ejemplo, en el trabajo) para utilizarlo mucho más allá de lo que es  justificable. Del mismo modo, se actúa como si existiese un acuerdo tácito según el cual la mujer obedece, incluso en contextos informales en los que no hay un cargo superior y otro inferior.


8. RECHAZO AL LIDERAZGO FEMENINO
Bajo el influjo de la misoginia, el liderazgo femenino, o todo lo que implique darle visibilidad a la mujer más allá de sus roles tradicionales, es visto con malos ojos. Esto se puede plasmar tanto en el entorno empresarial y organizacional como, por ejemplo, en la crítica de las obras de ficción. El año pasado, por ejemplo, hubo cierta polémica cuando parte de la comunidad de Internet llamó al boicot de la película Mad Max: Fury Road por darle el protagonismo y el rol de héroe a un personaje interpretado por Charlize Theron.

De este modo, se defiende una visión tradicional de las cosas en las que las decisiones más relevantes siempre son tomadas por los hombres, y los intentos de cambiar esto son vistos como intentos estridentes de llamar la atención.

9. TENDENCIA A RELACIONAR LAS FORMAS BAJAS DE CULTURA CON LO FEMENINO.

Otra característica de las personas misóginas es la propensión a considerar que las mujeres consumen formas menores de cultura: malas novelas, malos programas de televisión, malas canciones, etc. Esta mirada crítica sobre lo que consumen la mayoría de las mujeres no se aplica a la hora de analizar las formas de cultura que consumen masivamente los hombres.

ARTURO TORRES
Psicólogo. 

miércoles, 1 de febrero de 2017

"BUDSEX" TENGO SEXO CON HOMBRES PERO NO SOY HOMOSEXUAL

“BUDSEX”

 EL NUEVO TÉRMINO QUE USAN LOS HETEROS PARA TENER SEXO ENTRE ELLOS 



Cada vez más existe una gran cantidad de hombres que tienen sexo con otros hombres y que no se identifican como gays ni como bisexuales. Se trata de quienes viven estilos de vida heterosexuales y masculinos: tienen esposas, hijos y siguen las normas tradicionales del género. No obstante, se involucran sexual y afectivamente con otros hombres a través de rituales que reafirman su masculinidad y niegan de manera social alguna identidad con respecto a sus prácticas sexuales. 

Una investigación, publicada en la revista sociológica Gender and Society y elaborada por Tony Silva, investigador de la Universidad de Oregon, encontró que un alto número de hombres que se identifican como heterosexuales utilizan términos para describir y justificar afectos homosexuales.

La investigación constó de una serie de entrevistas realizadas a un grupo de hombres que estaban en una edad promedio de 50 años y que vivían en zonas rurales de Idaho, Illinois, Missouri, Oregon y Washington, sitios conocidos por su “conservadurismo social y las poblaciones blancas predominantes”, según señala la investigación. Entre los términos que estos hombres usaban para describir actos sexuales que no eran “completamente heterosexuales” se encuentran: “dude sex” (que hace referencia al sexo entre hombres blancos que se consideran “hermanos” en contextos urbanos y militares); y heteroflexible (describe encuentros sexuales entre hombres que se identifican como heterosexuales). 

Particularmente, se encontró el hallazgo de un nuevo término “bud-sex”, un tipo de encuentro que funciona para que los “amigos” heterosexuales se auxilien para liberar su deseo sexual. Para el investigador, el uso de estas palabras, específicamente este último término, tiene una función específica: reafirmar la heterosexualidad de quienes participan en este tipo de encuentros enmarcando su actividad sexual en una “ayuda” entre compañeros para “aliviarse”, o como un tipo de “relación sexual sin atracción sexual”. 

La investigación insiste en que estos hombres recontextualizan sus encuentros sexuales con personas del mismos sexo para afirmar y reafirmar su propia identidad heterosexual. De forma predominante, estos hombres realizan este tipo de actividades con otros hombres que se identifican como heterosexuales y que no se comportan de manera “afeminada”. De esta forma, los involucrados pueden hablar sobre mujeres y evitar “enredos románticos” sobre su situación. 

El informe no solicitó a los participantes explicar cómo es posible tener sexo con hombres sin identificarse como gays; asimismo, la muestra no es demasiada representativa como para hacer una afirmación general acerca de la identidad sexual. Sin embargo, Silva señala que la tendencia de estos hombres a renegar de sus actividades homoeróticas como una identidad sexual o como una orientación sexual tiene que ver con el “heterosexismo internalizado” y con el aprovechamiento y disfrute de la cultura y los privilegios heterosexuales. 



Puede leer la investigación aquí.  


FUENTE  http://desastre.mx . Read more at http://desastre.mx/internacional/tener-sexo-con-otros-hombres-no-te-hace-gay-o-bisexual-solo-mas-heterosexual/ .